En el mundo de la micocultura, la búsqueda de sustratos eficientes y rentables ha llevado al redescubrimiento de materiales aparentemente sencillos, pero extraordinariamente eficaces. La paja de arroz fermentada y el orujo de aceituna no son simples alternativas al serrín tradicional, sino que representan una auténtica revolución, con rendimientos que, en condiciones óptimas, superan los métodos convencionales en un 40 %.
El sushi, este fascinante arte culinario nacido en el Sudeste Asiático como método de conservación del pescado, ha recorrido un largo camino a través de los siglos hasta convertirse en el icono gastronómico que conocemos hoy. Pero ¿qué ocurre cuando esta tradición milenaria se fusiona con el mundo del vegetarianismo y la micología? Nace una creación sorprendente: sushi vegetariano con champiñones marinados. Un plato que combina la precisa técnica de la cocina japonesa con la intensidad aromática de los hongos, esos misteriosos frutos del bosque que siempre han fascinado a recolectores y gourmets.
Embárquese en un fascinante viaje a través del reino fúngico y sus extraordinarios efectos en la psique humana. No nos referimos simplemente a los efectos psicodélicos de unas pocas especies, sino a un complejo sistema de interacciones neuroquímicas que involucra a docenas de compuestos bioactivos. Estudios recientes han demostrado que más del 80 % de las especies fúngicas analizadas contienen al menos un compuesto con actividad neuroactiva, lo que abre nuevas fronteras en la comprensión científica del estado de ánimo y sus trastornos.