Nombres dialectales de los hongos: ¿cómo se llaman los hongos en el dialecto?

Nombres dialectales de los hongos: ¿cómo se llaman los hongos en el dialecto?

Los hongos, con su extraordinaria variedad, siempre han fascinado al hombre, no solo por su papel en la cocina, sino también por la riqueza de nombres populares que varían de región en región. Cada territorio italiano custodia un patrimonio lingüístico único, ligado a la tradición campesina y a la micología espontánea. En este artículo, exploraremos los nombres dialectales más curiosos, las historias detrás de los apodos regionales y cómo estas denominaciones reflejan usos y creencias populares. Descubriremos por qué en algunas zonas el porcino se llama "brisa" y en otras "vavuso", cómo los hongos venenosos tienen nombres terroríficos para desalentar su consumo, y anécdotas divertidas sobre recolectores y micólogos de antaño.

 

Nombres dialectales de los hongos: entre ciencia y folclore

Antes de adentrarnos en el universo de los nombres dialectales, es importante entender cómo la cultura campesina influyó en la denominación de los hongos. A menudo, los nombres populares surgen de características morfológicas, creencias mágicas o propiedades alimentarias. Por ejemplo, en algunas zonas de Lombardía, los hongos venenosos se llamaban "strìe" (brujas) porque se creía que eran obra de maleficios.

Una anécdota curiosa viene del Valle de Aosta, donde los hongos porcini se llamaban "pan de loup" (pan del lobo). La leyenda cuenta que los lobos, después de comer estos hongos, se volvían más dóciles, tanto que los pastores los recolectaban para proteger los rebaños. Obviamente, se trata de una creencia popular sin fundamento científico, pero que demuestra cuánto los hongos estaban entrelazados con el folclore local.

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¿Por qué los hongos tienen nombres tan diferentes en dialecto?

La variabilidad lingüística de los hongos está ligada a factores históricos y geográficos. En Italia, cada zona desarrolló un léxico autónomo, influenciado por dominaciones extranjeras, lenguas locales y tradiciones orales. Algunos nombres derivan del latín vulgar, otros de antiguos dialectos germánicos o celtas.

En Cerdeña,  el "cardolinu de monti" (jilguero de montaña) es un término usado para el Lactarius deliciosus, llamado así por su color naranja vivo, similar a las plumas del jilguero. Se dice que los pastores sardos lo comían crudo durante las trashumancias, creyendo que les daba fuerza y resistencia.

 

El Rebozuelo (Cantharellus cibarius): el hongo dorado de los cuentos

El rebozuelo, con su característico color amarillo-dorado, es uno de los hongos más amados y reconocibles, pero también uno de los que tiene más nombres dialectales curiosos. En Trentino se llama "finferlo", nombre que viene del alemán "Pfefferling" (peperoncino) por su ligero sabor picante. La leyenda cuenta que los recolectores de hongos tiroleses lo llamaban así porque creían que solo crecía donde habían pasado las hadas del bosque.

En Liguria toma el nombre de "garitula", término que según algunos derivaría del latín "cantharus" (copa), por su forma de embudo. Los viejos recolectores ligures sostienen que los mejores garituli crecen en los castañares donde los campesinos antes dejaban descansar a los mulos, y que para encontrarlos hay que buscar al amanecer, cuando aún el rocío realza su color dorado.

 

El Oronja (Amanita caesarea): el hongo de los emperadores

Llamado "coccorello" en Campania y "ovol benètt" en Lombardía, este hongo exquisito tiene una historia regia. El nombre "caesarea" viene de la pasión de los emperadores romanos, en particular de Claudio, que al parecer era muy aficionado. En los Abruzos se cuenta que los pastores lo llamaban "luvetelle" (pequeño lobo) porque crecía en los senderos por donde pasaban las manadas de lobos.

En Toscana es conocido como "ovolo reale" y una curiosa tradición decía que el primer oronja encontrado en la temporada debía ser ofrecido al párroco del pueblo, como señal de devoción y para asegurar un año abundante. Algunos recolectores ancianos aún juran que los oronjas crecen más numerosos en los bosques donde se han celebrado fiestas patronales.

 

La Parasol (Macrolepiota procera): el gigante de los prados

Imponente e inconfundible, este hongo debe su nombre común a la forma que recuerda justamente a una maza de tambor. En Véneto se llama "ombrelèr" por su sombrero que se abre como una sombrilla, mientras que en Apulia es conocido como "cappiddine de prete" (sombrerito del cura) porque se dice que los párrocos de antaño lo recolectaban para hacer tortillas que ofrecían a los pobres.

En Cerdeña toma el nombre poético de "parasole" y la tradición local quiere que los mejores crezcan cerca de los nuragas. Una leyenda cuenta que las janas (hadas sardas) usaban estos hongos como asientos durante sus reuniones nocturnas. Los recolectores más supersticiosos aún hoy se inclinan levemente cuando encuentran uno particularmente grande.

 

La Seta de San Jorge (Calocybe gambosa): el aroma de primavera

Llamado "spinarolo" en Emilia por su costumbre de crecer cerca de arbustos de endrino, este hongo primaveral es célebre por su intenso aroma. En Umbría es conocido como "hongo de San Jorge" porque aparece alrededor del 23 de abril, fiesta del santo. Los campesinos umbros creían que estos hongos eran un regalo del santo para premiar su laboriosidad.

En Calabria lo llaman "funcia i jaddu" (hongo del gallo) porque según la tradición empieza a brotar cuando los gallos cantan al amanecer después del invierno. Un antiguo proverbio calabrés dice: "Quannu canta u jaddu, a funcia esci da sottu" (Cuando canta el gallo, el hongo sale de debajo). Algunos ancianos aún hoy se levantan al amanecer para buscarlos siguiendo el canto de los gallos.

 

El Armillaria (Armillaria mellea): el hongo de las brujas

Este hongo otoñal, que crece en racimos en los troncos, en Piamonte se llama "famiolin" (pequeño fósforo) por su color encendido. Una leyenda de las Langhe cuenta que las brujas usaban estos hongos como antorchas durante sus aquelarres. En Lombardía es conocido como "sombrerito amarillo" y se dice que los mejores crecen en bosques donde están enterrados tesoros de bandoleros.

En Sicilia toma el nombre de "funcia di ferla" y una creencia popular dice que es venenoso si se recolecta bajo la luna llena. Los viejos recolectores transmiten que para hacerlo comestible hay que hervirlo con una moneda de plata, que debería ennegrecerse absorbiendo las toxinas. Naturalmente se trata de una superstición sin fundamento científico, pero aún hoy muchos siguen este ritual.

 

El Porcino (Boletus edulis): los apodos del rey del bosque

El rey de los hongos, el Porcino, es conocido con decenas de apelativos diferentes:

  • Lombardía: "Brisa" o "Brisè" - Se cuenta que este nombre viene del término dialectal "brisa", que significa "barriga llena", porque antiguamente se creía que comer estos hongos garantizaba prosperidad.
  • Piamonte: "Baraban" - Algunos ancianos cuentan que este nombre viene de un antiguo mercader ambulante que vendía hongos secos gritando "Barabàn! Barabàn!" por las calles de Turín.
  • Véneto: "Boleto" - Aquí la tradición quiere que los mejores porcinos crecieran en bosques sagrados para las brujas, y por eso solo los recolectaban expertos con un amuleto protector.
  • Toscana: "Ceppatello" - Viene de la palabra "ceppo" (tronco de árbol), porque a menudo crece cerca de raíces de robles centenarios.
  • Campania: "Vavuso" - Según una leyenda napolitana, este nombre viene de un bandolero que escondía su tesoro bajo los hongos más grandes, gritando "Vavù, tenetevelo!" (¡Cogedlo, si podéis!).

 

Curiosidades sobre los nombres dialectales de los hongos venenosos

Los hongos venenosos suelen tener nombres que destacan su peligrosidad. Por ejemplo, la Amanita phalloides (mortal) en algunas zonas se llama:

  • Lombardía: "Ángel de la muerte" - Se dice que antiguamente los campesinos evitaban incluso tocarla, creyendo que daba mala suerte.
  • Sicilia: "Fungu di la munnizza" (hongo de la basura) - Porque a menudo crecía cerca de montones de estiércol, asociándolo a algo impuro.

Un relato macabro llega del Friuli, donde la Amanita muscaria (el hongo rojo con puntos blancos) se llamaba "el fong dal diaul" (el hongo del diablo). Se creía que quien lo comía tendría visiones demoníacas, y algunos curanderos lo usaban en pequeñas dosis para ritos chamánicos.

Para una guía completa sobre hongos venenosos, consulta Instituto Superior de Sanidad.

 

Historias y anécdotas sobre los hongos en la tradición culinaria

Los hongos no son solo objeto de recolección, sino también protagonistas de recetas antiguas. Por ejemplo, el risotto con hongos porcini es un plato que varía de región en región, así como las denominaciones dialectales de los ingredientes.

En Piamonte, se usa el "soma d'aj" (burro de ajo), un hongo que crece cerca de nogales y que, según la tradición, solo debían comer los hombres porque se creía que a las mujeres les causaba "visiones pecaminosas".

En Calabria, en cambio, el "funcia i pinu" (hongo de pino) era considerado comida sagrada durante las fiestas patronales, y se decía que daba buena suerte a quien lo ofrecía como regalo.

 

El papel de los hongos en la cocina tradicional japonesa

Japón también tiene una rica tradición micológica. El shiitake (Lentinula edodes) es uno de los hongos más usados en el sushi tradicional. Según una antigua leyenda, un monje budista descubrió que este hongo solo crecía en troncos del árbol "shii", y lo consideró un regalo de los dioses.

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Hongos en el sushi: entre historia y leyenda

El sushi moderno raramente incluye hongos, pero antiguamente en Japón se usaba el matsutake, un hongo aromático muy preciado. Se cuenta que los samuráis lo comían antes de las batallas para aumentar su coraje, y que era tan valioso que se usaba como tributo al emperador.

 

Nombres dialectales: un patrimonio que preservar

Los nombres dialectales de los hongos son un tesoro lingüístico y cultural que corre el riesgo de desaparecer. Conocer estas denominaciones significa preservar la memoria histórica de nuestras tierras. Cada nombre cuenta una historia, una creencia, un fragmento de vida campesina que merece ser recordado.

¿Y tú, conoces algún nombre dialectal de los hongos de tu zona? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!

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